Seguidores

jueves, 30 de junio de 2016

Crónica: "La España vacía" por Nerea

CRÓNICA TERTULIA LITERARIA: “La España vacía”, Sergio del Molino.

Mientras vamos camino de Navares de las Cuevas (un pueblo de la meseta castellana) a dejar a mis hijas al campamento de verano en el que pasarán unos días, voy recordando algunos de los pasajes del libro “La España vacía” de Sergio del Molino. Cuando atravesamos el puerto de Somosierra y la sierra de Guadarrama me acuerdo de Francisco Giner de los Ríos y sus misiones pedagógicas allá por el año 1878. Y al salir del puerto, yendo desde Madrid, vemos a nuestros pies el mar de tierra. Tal y como dijo Azorín: “... llanura inmensa, infinita, roja, a trechos verdeante; los caminos se pierden amarillentos en culebreos largos, refulgen las paredes blancas en la lejanía.”

Sergio del Molino es un escritor y periodista español nacido en 1979. En mayo de 2013, la revista El Cultural  le seleccionó como uno de los doce novelistas españoles menores de cuarenta años con más perspectivas. Es conocido fundamentalmente por la novela La hora violeta(Mondadori, 2013), donde narra la enfermedad y muerte de su hijo Pablo. La obra obtuvo el Premio "El Ojo Crítico" 2013 de Narrativa de RNE y el XXXV Premio Tigre Juan, de 2013. (Fuente Wikipedia)

“La España vacía” no es sólo una mirada a un país dentro de otro país, es un análisis sobre el origen y las consecuencias que implican esos dos países en la idiosincrasia española. El autor nos explica a través de un recorrido por la historia de España el proceso de despoblación de las zonas rurales, la masificación de las ciudades y sus consecuencias: “hay una forma de mirar y de mirarse a sí mismos que es difícil de comprender en otros contextos geográficos” dice Sergio del Molino.

Sergio del Molino vertebra su ensayo en tres grandes partes:
-          En la primera, titulada “El Gran Trauma” describe las características y morfología del territorio español tan diferentes del resto de Europa y como el país siendo eminentemente rural hasta el siglo XX, se urbanizó en poco más de dos décadas entre 1950 y 1970. Esto provocó que el campo se vaciara mientras que las grandes ciudades duplicaron y triplicaron su tamaño con los problemas que esto implica.
El éxodo que causó esta despoblación (el Gran Trauma) parte de la situación de extrema pobreza en la que estaba sumido el país desde épocas históricas y fue agravado y propiciado por la dictadura de Franco que hizo insalvables e irreversibles los desequilibrios entre campo y ciudad.
Ante estos desequilibrios surge la actual Ley Electoral que pretendía dar a los representantes de zonas despobladas voz y voto en el Congreso pero en realidad es una instrumentalización que finalmente no beneficia a estas zonas rurales. Miguel Delibes lo supo reflejar magistralmente en su novela “El disputadísimo voto del Señor Cayo”.
-          En la segunda parte, titulada “Los mitos de la España vacía”, el autor repasa algunos prejuicios con forma de mitos negativos: la España criminal, seca, pobre y fea, que forman parte del tópico con el que los españoles sobre-entienden la España vacía.
Aparecen aquí desarrollados extensamente fenómenos como: el movimiento neorural, el mito de Las Hurdes como zona de gran pobreza y barbarie a comienzos del siglo XX,  el mal de Maritornes de El Quijote que es fuente de muchos malentendidos con el paisaje español ya que proyecta marginalidad y fealdad sobre las clases populares (más tarde, otros escritores como  Bécquer, Azorín, Unamuno, Machado o Llamazares entre otros  intentarán dar otra visión menos cruel y más delicada del paisaje y de la gente de España), y por último el origen del Carlismo y las consecuencias e influencia que aún hoy en día tiene en la política y en los nacionalismos que afectan a España.
-          En la tercera parte titulada “El orgullo”, Sergio del Molina nos muestra como las generaciones actuales recogen esa memoria proveniente de la España vacía para hacerla suya y revivirla en forma de mitos.
Durante las décadas de 1980 y 1990 los barrios periféricos de las ciudades sustituyen al pueblo como fuente de identidad. Los hijos de las personas que vivieron el éxodo pierden la vergüenza y se apropian de las ciudades a la vez que echan la vista atrás con nostalgia, imaginando la patria en la que están sus raíces, es decir, en los pueblos deshabitados de la España vacía.
“La España vacía, vacía ya sin remedio e imposible de llenar, se hace presencia en la España urbana y se expresa a través de los nietos y bisnietos de quienes la habitaron y fueron arrancados de sus solares.”

Siendo este un libro de ensayo, género que no es costumbre leer en el grupo de tertulia literaria, todos coincidimos en la grata sorpresa que nos llevamos con la lectura de este libro.

A pesar de su extensión (296 páginas), su lectura es amena y llevadera ya que Sergio del Molino maneja de forma magistral los tiempos y las citas.  El lenguaje utilizado es claro, sencillo y cercano, pero a la vez culto, poético y evocador. Los amplios conocimientos del autor sobre literatura, historia, política, cine y filosofía le permiten enlazar temas, sucesos y personajes de la historia reciente de España con temas, sucesos y personajes de siglos pasados que influyeron en hechos decisivos para la historia de España. Su prosa tiene ritmo y aunque hay muchos cambios de tema se mantiene el hilo conductor por lo que no nos sentimos perdidos.

La mayoría de los asistentes en la tertulia nos reconocimos en el origen de nuestros padres y abuelos que provenían del éxodo y de pueblos de esa España vacía que describe el autor.

También nos identificamos con el rechazo y la dificultad de integración que sentimos esta generación de “urbanitas” cuando intentamos vivir en un pueblo. Este fenómeno se explica en el libro porque la zona rural ve a la ciudad como sitios en los que predomina el mal, el pueblo en cambio representa para ellos lo bueno.

Dada la proximidad de las elecciones generales cuando realizamos la tertulia comentamos también que nos llamó la atención conocer el origen de la Ley Electoral y las razones por las que se otorga más peso a los votos de las zonas despobladas.

Personalmente me ha gustado este libro ya que muestra un tema novedoso del que no se suele hablar pero que como él dice está presente de manera inconsciente en la mayoría los cuartos de estar de las ciudades.

Me llama la atención la diversidad de temas y personajes tan dispares que trata el autor y la fluidez con que los conecta: de un locutor de radio de los años 1980 a un labriego de finales del siglo XVIII que llegó a ser consejero del Rey Fernando VII y que influyó en el nacimiento del movimiento Carlista, del grupo Extremoduro a un músico y cantante de tango argentino, sólo por poner un par de ejemplos.

Es además un buen repaso por la historia de España que nos ayuda a entender un poco más la situación actual en la que vivimos y una invitación a mirar con otros ojos esa España vacía en la que están nuestras raíces.

Después de leer este libro, estoy segura que los viajes por la España vacía estarán llenos de contenido y reflexiones.

                                                                                                                                                Nerea


domingo, 5 de junio de 2016

LECTURA JUNIO 2016: "La España vacía"

Muy buenas, la lectura elegida para el mes de Junio es "La España vacía" de Sergio del Molino.




La cita será el 29 de junio a las 18.30 horas.


TITULO: LA ESPAÑA VACÍA

 AUTOR: SERGIO DEL MOLINO

 EDITORIAL: TURNER

 NÚMERO PAGINAS: 296


Feliz lectura.




jueves, 2 de junio de 2016

Crónica: "Cicatriz" por Pilar


Crónica de la obra Cicatriz de Sara Mesa.

“Que por mayo era por mayo…” reza el primer verso de uno de los romances más célebres de la literatura castellana.
Y allá por mayo, nos reunimos en una animada tertulia en torno a la obra de Sara Mesa Cicatriz, cuyo sugerente título había despertado en nosotros expectativas que lamentablemente no lograron verse del todo satisfechas. Hemos de decir que la novela no gozó del beneplácito de la mayoría de los tertulianos (incluso contó con claros detractores que emitieron críticas  que podemos calificar de más que duras), lo que no fue óbice para que también tuviera sus defensores e incluso hubo quienes se quedaron en una especie de “no sabe, no contesta”.
Pero tal y como podemos leer en el Prólogo de El Lazarillo de Tormes, donde se recogen palabras del latino Plinio “no hay libro, por malo que sea que no tenga alguna cosa buena”, y añade “pudiendo sacar de él algún fruto”. Por tanto busquemos y veamos qué cosecha nos ha dejado esta “cicatriz”.
La novela recoge la relación que se establece a través de internet entre dos personajes ciertamente peculiares: Sonia, una joven con vocación literaria que vive una existencia bastante anodina y Knut, un tipo insólito, que transita por el mundo un tanto al margen de las convenciones y que consigue fascinar a la joven Sonia sirviéndose de valiosos obsequios, que van desde libros hasta sofisticada lencería que roba en grandes almacenes. Ante la asfixiante atmósfera que se va creando, Sonia intenta distanciarse, pero incapaz de refrenar su curiosidad, acaba llevando una doble vida durante años.
Una de las críticas vertidas fue la sensación de que la autora ha sido demasiado ambiciosa, en el sentido de que ha intentado introducir en una misma obra quizás un número excesivo de temas (una historia de amor sui generis, reflexiones sobre la sociedad de consumo, la infancia, el sentimiento de culpa, la sumisión, la vocación literaria,…) sin acabar de rematar con éxito algunos de ellos.
Al tiempo tampoco parece que la creación de los personajes haya sido muy escrupulosa. Aun defendidos por algunos asistentes como interesantes y posibles, tanto Sonia como Knut fueron calificados por la mayoría como seres poco creíbles.
Otra de las objeciones planteadas fue la extensión de la novela. “Le sobran cien páginas” - afirmó alguna de las participantes. Los conocedores del resto de la obra de la autora abogaron por la calidad de sus relatos cortos, y la consideran una excelente escritora de cuentos y quizás lo que habría sido un buen cuento no ha resultado necesariamente una buena novela.
Lo cierto es que tuvimos la impresión de que la autora en esta ocasión no había conseguido esa “conjunción estelar” necesaria que hace que una obra se convierta en una lectura atractiva y fascinante.
La composición de la novela nos pareció que acusaba una influencia clara, como sucede en otros autores jóvenes, de las series y del cine. No es difícil imaginar una adaptación cinematográfica del relato.
No obstante hubo aspectos que fueron reconocidos como elogiables: un comienzo prometedor;  la sensación de angustia, que cala en el lector, conseguida a través de la repetición machacona; reflexiones certeras sobre el poder, el consumo, la hipocresía social; la teorización acerca del individuo y del grupo,… Y lo que sin duda concitó el mayor consenso: las citas de dos grandes: Proust y Tosltoi,…

La sensación que experimento, y espero sea compartida por el resto de compañeros, es que cualquiera que sea la obra elegida, siempre se ve enormemente enriquecida por las interesantes y sabias aportaciones de cada lector en nuestra tertulia. Así que quiero imaginarme un montón de obras diciendo: “Leedme, leedme, por favor…” Tenemos mucha tarea…