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lunes, 18 de marzo de 2024

"Contra el tiempo" de Ana María Shua

Ana María Shua es una figura clave en la narrativa argentina actual y reconocida maestra en el género brevísimo de la microficción. Sus cuentos, como los recopilados aquí, vienen a completar la cartografía literaria de una escritora indispensable que se mueve entre la realidad y el sueño o la pesadilla, entre lo cotidiano y lo fantástico, guiando a sus personajes por situaciones extremas donde en ocasiones no falta tampoco el humor sutil, el absurdo y la ironía más cruel. Un mundo personalísimo para unos relatos magistrales.




TÍTULO: CONTRA EL TIEMPO

AUTORA: ANA MARÍA SHUA

EDITORIAL: PÁGINAS DE ESPUNA

NÚMERO PÁGINAS: 240










CRÓNICA DE "LOS RECUERDOS DEL PORVENIR" POR TRINIDAD ANDRÉS

Crónica de “los recuerdos del porvenir” de Elena Garro

Me gustaría saber por qué he tardado tanto en escribir esta crónica. Yo propuse el libro porque después de haber pasado unos días inolvidables en Puebla quise hacer un recorrido por sus calles y sus palabras de la mano de sus escritoras.

Puebla es como Ixtepec un lugar que parece detenido en el tiempo y que sin embargo está lleno de vida. Al principio de la tertulia me vi fracasar, el general Francisco de Rosas no le cayó bien a Pilar, demasiado macho con espolón, demasiado gallo dolorido y sin embargo creo que una melancolía negra y violenta lo atraviesa y  nos traspasa a nosotros a un tiempo durante toda la novela, tal vez por eso es un personaje que se hace insoportable.

El amor y la violencia y en medio su víctima y a la vez victimaria, Julia , la que enciende el fuego, ata a sus víctimas al ara de su cuerpo y sujeta sus miradas en el acto del sacrificio , Julia, la hermosa Julia, la triste Julia, la desdichada Julia, la novia de la muerte Julia.

“Las moscas estaban quietas. De las habitaciones sin puertas salía una oscuridad de cueva. Solo la tinaja de barro llena de agua parecía vivir alegre en medio de aquel polvo. Corona y sus hombres no sabían que decir. Se encontraban en uno de esos lugares, especie de última estación, en donde los viejos solitarios esperan un tren desconocido con destino igualmente desconocido, y todo lo que los rodea ha dejado de existir”

Yo como Corona, no sé qué decir, tal vez por eso no he escrito antes esta crónica. Ixtepec me arrebató el habla y arrastro mi lengua por sus calles ardientes.

Eso sí, desde que leí esta novela tengo sed de pronombres, verbos y adjetivos.

¿Por qué será?

Creo que porque Elena Garro, pinta con los colores que le ofrece la paleta de la lengua española una obra en la que contemplamos un retazo de la historia de México que con su diestra mano se convierte en un fragmento, vidrio roto, cuyo reflejo hace nacer un arcoíris que se despliega sobre viejas y eternas emociones humanas.