CRÓNICA "VOLVER LA VISTA ATRAS"
JUAN GABRIEL VÁSQUEZ
¿Os imagináis que Fausto Cabrera hubiera participado en
nuestra tertulia? Pues borrarlo de vuestra mente, pues no se hubiera celebrado.
Acusación: Ser revisionista ¡Puede haber mayor traición! Sentencia: Prohibido
cuestionar y pensar por uno mismo. ¿Pero como no va a ser revisionista si se
trata de una biografía novelada sobre su hijo? Algún valiente habría dicho,
pues nosotros no nos callamos ni debajo del agua. Ese valiente habría sido inmediatamente
fulminado por un furibundo Fausto. Sostenerle la mirada a Fausto y sobre todo
enmendarle la plana solo esta al alcance de un temerario. Ese es nuestro
segundo apellido: Tertulianos Temerarios.
Efectivamente, los totalitarios, los talibanes, los dogmáticos
no estarían a gusto en una tertulia como la nuestra, no permitirían la
diversidad cultural, ni las diferencias de opiniones y menos aún las propuestas
diversas de lecturas, sin embargo, en acto de pura libertad, en nuestra cita
mensual hemos dado nuestro apoyo a Sergio Cabrera, hemos dado un abrazo
metafórico a Marianela y hemos echado en falta saber un poco más de esa madre
coraje que sí le enmendó la plana a Fausto y sí permitió que su hijo estudiará
dirección de cine en el Reino Unido y sí fue la clave para sacar a su familia,
Fausto incluido, de una guerrilla infame, con grandes y loables objetivos,
escritos con letras de cartel, pero con una letra pequeña llena de inmundicia,
de mandos arbitrarios que abusan de sus inferiores, que pierden sus razones de
justicia universal con las microinjusticias cotidianas y sobre todo con un
reguero de muertes nunca suficientemente justificadas a pesar de sus lavados de
mente en los que los enemigos deben morir, pues son traidores a la CAUSA y la
pureza tiene un precio.
Para todos ha sido un verdadero placer adentrarse en Sergio
Cabrera, personaje de carne y hueso, persona solo verosímil en una novela.
Persona novelada y a la vez personaje que vive y respira, tan a punto de morir en
la narración, tanto se veía su muerte, que nos agobiaba solo de pensarlo y el
aliento de saber que estaba vivo, que estaba en una retrospectiva de su obra en
Barcelona, que estaba disfrutando de su hijo, recomponiendo su matrimonio y
reconstruyéndose a sí mismo, nos tranquilizaba y nos permitía seguir
adentrándonos en esta historia fascinante.
¡La verdad solo tiene un camino! - Patalea Fausto, que sigue
presente en nuestra tertulia – Y esta novela no es la verdad – Sentencia
Fausto.
Nosotros a coro, corregimos a Fausto y le decimos que la
verdad está en el camino, el que andamos todos y como somos muy de Antonio
Machado preferimos irlo haciendo nosotros mismos, paso a paso, olvidándonos de
los que ya están trazados, desoyendo a los que nos dicen que solo hay uno y ya está
hecho, que para que esforzarnos. Pero nosotros somos tozudos, que no
doctrinarios, nos sentimos con mucho ánimo, con dudas y muchas preguntas, que
son la mejor terapia para el radicalismo, alejándonos de las autovías masivas y
de los caminos que están muy iluminados. Mucho mejor hacer uno nuevo. ¿Verdad?
Sigamos construyéndolo.