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domingo, 31 de mayo de 2020

"Boulder" de Eva Baltasar


Nueva lectura en  confinamiento, "Boulder" de Eva Baltasar



La protagonista de Boulder se gana la vida como cocinera en un viejo barco mercante. Es la situación perfecta: soledad, una cabina, el océano, algún puerto en el que conocer mujeres y horas para encarar el vacío, para sentir la fuerza de la provisionalidad. Hasta que un día una de ellas consigue que abandone el mar, acceda a vivir entre cuatro paredes y se implique en la gestación asistida y en la educación de un hijo. ¿Qué ha hecho la maternidad con lamujer que en su día conoció en un bar de la Patagonia? ¿Qué hará ella, animal enjaulado en una casa unifamiliar de Reikiavik?

Todo ha cambiado excepto su apodo, Boulder: esas enormes piedras aisladas en medio del paisaje, expuestas a todo sin que nadie sepa de dónde vienen ni porque están ahí.


Debido al estado de alarma no habrá tertulia física, pero os animamos a participar en el Blog.
Esperamos vuestros comentarios

CRÓNICA "LA SOPA DE WUHAN" POR TRINIDAD LABRADOR


EL NUDO GORDIANO
Crónica sobre la compilación de artículos “La sopa de Wuhan”
“Una antigua leyenda griega cuenta que Gordias, rey de Frigia, había ofrendado su carro a Zeus en agradecimiento por haberle concedido el trono. El carro quedó guardado en la fortaleza de la ciudad, atado por una cuerda con un nudo tan complicado que nadie podía deshacerlo.


Se había prometido el imperio de toda el Asia a quien lograse desatarlo, pero aun así el nudo permaneció invicto hasta que Alejandro, el joven hijo de Filipo de Macedonia, llegó a Frigia. Cuando se le planteó el desafío del nudo gordiano, el joven conquistador desenvainó su espada y lo cortó de un solo golpe.”(1)
No veo a nadie con la posibilidad siquiera de desenvainar la espada y cortar el nudo gordiano que hemos ido atando en Occidente a lo largo de los últimos 500 años y que nos ha llevado a la asfixia simbolizada por la pandemia del COVID 19.
Me atrevería a resumir en una sola frase lo que subyace a los distintos análisis sobre la presente situación en la que la pandemia nos ha colocado “”the economy,stupid”.Esta fue una frase muy utilizada durante la campaña de Bill Clinton en 1992 contra George H.W.Bush padre.
Un sistema económico despiadado, el capitalismo que ha devenido en neoliberalismo, basado en la búsqueda sin fin de beneficios lo más inmediatos posibles para unos pocos, mientras se extiende la pobreza para la mayoría y la destrucción brutal, sistemática y continuada de los recursos del planeta.
La pandemia es la bofetada que estábamos esperando para despertar de esta pesadilla, de aquí que los pensadores que hemos leído en nuestra tertulia, hayan analizado el mal sueño y sus consecuencias pero también el encuentro con lo real que nos viene.
El primer capítulo de este encuentro con lo real ya lo estamos viviendo y es “lo real” descrito en sus “Seminarios” por Lacan : la muerte.
No podíamos pasarnos la vida ignorando a la gran dama y esta ha hecho su aparición en el escenario que cuenta, el de Occidente, haciendo mucho ruido.
La forma de hacer ruido de la muerte es el silencio. Clamoroso silencio el de las grandes capitales europeas desiertas y el de un New York vacío.
Pero esta sociedad autocomplaciente que se había lanzado a la orgia antes del suicidio ¿está aprendiendo algo del silencio, algo de la muerte, algo del vacío?
Aquí hemos encontrado opiniones para todos los gustos, un Agamben pesimista, un Zizek hablando de una oportunidad para ese comunismo blando que tanto me gusta y que él con arrobada pasión predica, Judith Butler diciendo que esto es el preludio de más racismo, más LGTBIfobia, más violencia contra las mujeres y los niños, Naomi Klein hablando del shock padre de todos los shock…..
De más apocalipsis que paraísos se nutren las páginas que hemos leído y es triste por lo tanto saber que esta situación no cambiará a una humanidad ciega y esclava, en manos de adoradores del Becerro de oro. Solo la acción de cada uno, cada día junto con otros puede seguir arrastrando el carro de la esperanza.
He empujado toda mi vida ese carro y por eso sé que este nudo gordiano no lo desatará la lógica de la violencia con su espada, sino la lógica del cuidado con sus manos.
Es lo que hemos vivido, ahora hay que sentirlo dentro para poder defender esas manos cuando quieran cortarlas la próxima vez, porque la codicia, la soberbia y la estupidez junto con otras formas del mal no descansan, hemos comprobado que no hay virus que las tumben y volverán a intentarlo de nuevo.