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martes, 12 de abril de 2022

"Trilogía Conjuro contra el olvido" de Marbel Sandoval Ordoñez

 Vuelven las tertulias al IES Pradolongo de la mano de Marbel Sandoval Ordoñez. el próximo 27 de abril a las 18.00h.

Inspirada por el deseo de mantener viva la memoria de Colombia, Marbel Sandoval nos presenta la trilogía Conjuro contra el olvido, narrada a través de las voces de mujeres afectadas por hechos violentos que marcan sus vidas y las de sus familias.

En el brazo del río, inspirada en la masacre de Vuelta Acuña en los años 80, nos presenta a dos niñas cuya amistad se ve interrumpida por el viaje de una de ellas a la finca de su familia, en la que la será encontrada por la tragedia.

Joaquina Centeno es la historia de una mujer que durante treinta años no ha desistido en la búsqueda de su hijo menor, desaparecido por el estado tras presenciar un asesinato.

En Las Brisas, Rosa conversa con su patrona cada lunes y vuelve a darle vida a su historia familiar a partir de la vida de su madre, una mujer acompañada por la muerte y la desdicha.

Os esperamos




TÍTULO: CONJURO CONTRA EL OLVIDO (TRILOGÍA)

AUTORA: MARBEL SANDOVAL ORDOÑEZ

EDITORIAL: PUNTO DE VISTA EDITORES

Nª PÁGINAS: 488


CRÓNICA MÚLTIPLE DE "CÓMO GUARDAR CENIZA EN EL PECHO" POR LOREN Y TRINIDAD ANDRÉS

“Palpar la cuerda.

Palpar la cuerda para no perderse en las encrucijadas”

Cuando vuelvo a Bilbao no me arrebata la nostalgia. Bilbao, si quiere, como todas las ciudades, puede ser muy cruel y muy dura. Pero es mi espacio, es mi ciudad, he tenido que salir de ella para perdonarla, he tenido que alejarme de ella para construirla.

 Me gusta pasear por la orilla de la ría y detenerme largo rato delante de la escultura

 “Las Sirgueras”

 Sirga es cuerda en vasco.

Hasta bien entrado el siglo XX, mujeres pobres con una maroma atada a su pecho y sus hombros tiraban de las gabarras desde Olabeaga a Bilbao porque la arena no permitía acceder al centro de la ciudad a estos barcos cargados de mercancías. Este espectáculo de miseria y brutalidad avergonzaba a propios y extraños, tanto que pensaron hacerlo con bueyes, pero nada tenía la precisión y el precio de aquellas pobres mujeres.

 Atadas a sus pérdidas (habían perdido a sus maridos, a sus hijos, a sus padres en las guerras carlistas) se ganaban el pan tirando de una cuerda, poniendo su cuerpo y su pecho frente al desprecio y los insultos de gentes sin piedad y sin escrúpulos.

Me detengo, sí, y pienso: siempre lo mismo, malditas guerras, fruto maduro de la explotación capitalista que las precede y de la que las sigue y maldita la ignorancia y la maldad que continua condenando a muchas mujeres “a palpar la cuerda para no perderse en las encrucijadas”.

Yo también palpo la cuerda para no perderme en las encrucijadas, por eso me reconozco en los versos de Miren Agur Meabe. 

 Este es el poder de la poesía, golpear el corazón del ser para que despierte…..a la esperanza, al arrepentimiento, al dolor del otro, al deseo de reconciliación y de justicia.

“El salitre difumina mi silueta en las aceras

( eso significa que mi gente no me nombra

Y poco a poco hemos creído que nunca existí)”

Mi gente dejará de nombrarme no tardando mucho, la vida es memoria y olvido y yo debo empezar a olvidarme de los espacios mil veces recorridos y de correr, correr, correr………..

“Aprender a perder”

Ahora es fácil, sin decir casi nada, entender el porqué de la propuesta de este libro, hay libros necesarios que llegan en el momento preciso, para mi este ha sido uno de ellos y quería compartirlo con vosotros, lo demás son imágenes, figuras retóricas y estilo.

Y esa curva “el kolko” desde la que podríamos ver el mundo de un modo distinto para hacernos responsables  y reconocernos herederos  de una herencia que hemos de transferir. La vida, creo yo, vale la pena si has embellecido tu herencia con muchas capas de bondad, solo así resulta fácil:

“Aceptar el adiós


En negrita los versos de Miren Agur Meabe

                                                                                                       Trinidad Andrés Labrador

                                                                                                                     Abril 2022


Todos hemos coincidido en la dificultad inicial de entrar en el mundo poético de Miren. Es necesario persistir para encontrar todo ese mundo como una promesa cumplida. Su poesía es un cuaderno de bitácora, nunca mejor dicho para esta mujer de Lekeitio, tan pegada a su tierra, a su mar, a su idioma, su infancia, su juventud, su familia, sus tragedias y sus felicidades, su vida al fin al cabo. 

La poesía es una necesidad interna, brota, es irrefrenable, pero a la vez es un acto de valentía, porque requiere desnudarse por completo, abrirse en canal para que todos vean las entrañas de uno. 

La poesía no sabe de nadar y guardar la ropa, hay que mojarse por completo y Miren hace una inmersión completa en sus experiencias y como dice ella “Un lápiz extorsiona el papel mudo”.

Hemos comentado varios aspectos de su poesía. Por un lado, la tremenda carnalidad de su antología como en la descripción del parto “creímos, en su nacimiento, - Que la urdimbre de huesos y tejidos, las encías vacías y el sudor amniótico en el tronco aún no lavado nos designaban satélites noveles en la galaxia. “, el despertar de la sexualidad  “En los portales, tendidas bajo débiles bombillas, nos traspasaba las nalgas la dureza fría de las losas y apretábamos las piernas una contra la otra por descubrir el fulgor de la perla rosada. Nos examinábamos las lapas de las mamas. Chupábamos cucharillas.”

Habla de su proceso creativo: “La soledad es la placenta de la libertad, escribí. La soledad abona el humus de la poesía, dicen.”

Se nota su oficio y su amor al mismo, escritora, traductora, conocedora vasta de la cultura que le rodea y que la conforma, en prefijación desvela ese amor radical “Al conformar las palabras letra a letra, me parece que estoy a punto de parir un meteorito” “La metamorfosis llena su cántaro en la lengua”.

¿Hay algo más íntimo que la muerte?: “Ojalá acabe como una bestezuela en el epicentro de la soledad. Para después descomponerme sin mancillar con mi imagen la retina de los que amo.”. O la genial descripción de las campanas “La lengua clavada en lo alto. Mirando a todos los lados. Mirando desde todos lados. ¿Tocarán la hora que barra el resto de las horas?

Miren también habla de la naturaleza, lo cual es inevitable para una persona sensible en cualquier parte del mundo, pero quizás con mayor razón en esta tierra verde, con robledales y hayedos de cuentos de hadas, con un mar siempre lamiendo la tierra. “El latido del bosque, – ignorante del mar. Y las raíces lejos, anclas cautivas en tierra, maldiciendo a la rosa de los vientos”. ¡Qué gran ejemplo el de las mariposas que en lugar de luchar contra la naturaleza! “A veces sobrevivimos gracias al letargo, sin acelerar el vuelo, y aceptando los cuidados del tiempo y de la lluvia”. “Las ciruelas caen sobre la hierba como obedeciendo a una partitura”. “Las Nereidas murieron con la contaminación”. Y para rematar la descripción brutal de una violación: “El planeta pedalea desde tu herida, en tu vagina retoñan los axiomas. Con su fusil erecto los buitres del coltán te perforan.”

Las relaciones amorosas con sus fracasos: “Fusión cumplida, dolor que nutre al dolor: rostro de hombre” “El árbol se desprende de lo maduro: la rama ya no es lugar del fruto. Nosotras, sin embargo, obcecadas en anudar el amor y su secuela”

Y sobre todo la centralidad de la mujer, en la sección de fósforos se enfoca en las mujeres que orbitan sobre ella, desde la popular teniente Ripley, la infantil Wendy, la grandiosa Mary Shelley y toda una constelación de mujeres que han pasado por la vida de Miren. Hago especial mención a <<Ayla encuentra una bañera en el encinar>> viviendo como un individuo perfectamente solvente en libro del Clan del oso cavernario, protagonista indiscutible de la vida, de su vida, y de la vida de su comunidad, pero la historia le ha ido arrinconando a ella y a todas las que le han precedido, hasta el culmen que Miren describe en “El hombre ha puesto el pie en la luna. Cantemos un salmo.”

Una autora no puede serlo sino es una gran lectora y en este caso las citas son fantásticas y a los tertulianos de este grupo no se nos escapa nada: “Parece que el mundo caminara de espaldas hacia la noche negra de los acantilados.” Blas de Otero. Para acabar: “Al fondo de esta tumba se ve el mar” Epitafio de V. Huidobro.

                                                                                                                                       LOREN