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viernes, 29 de julio de 2016

Crónica: "La España vacía" por Nerea

CRÓNICA TERTULIA LITERARIA: “La España vacía”, Sergio del Molino.

Mientras vamos camino de Navares de las Cuevas (un pueblo de la meseta castellana) a dejar a mis hijas al campamento de verano en el que pasarán unos días, voy recordando algunos de los pasajes del libro “La España vacía” de Sergio del Molino. Cuando atravesamos el puerto de Somosierra y la sierra de Guadarrama me acuerdo de Francisco Giner de los Ríos y sus misiones pedagógicas allá por el año 1878. Y al salir del puerto, yendo desde Madrid, vemos a nuestros pies el mar de tierra. Tal y como dijo Azorín: “... llanura inmensa, infinita, roja, a trechos verdeante; los caminos se pierden amarillentos en culebreos largos, refulgen las paredes blancas en la lejanía.”

Sergio del Molino es un escritor y periodista español nacido en 1979. En mayo de 2013, la revista El Cultural  le seleccionó como uno de los doce novelistas españoles menores de cuarenta años con más perspectivas. Es conocido fundamentalmente por la novela La hora violeta(Mondadori, 2013), donde narra la enfermedad y muerte de su hijo Pablo. La obra obtuvo el Premio "El Ojo Crítico" 2013 de Narrativa de RNE y el XXXV Premio Tigre Juan, de 2013. (Fuente Wikipedia)

“La España vacía” no es sólo una mirada a un país dentro de otro país, es un análisis sobre el origen y las consecuencias que implican esos dos países en la idiosincrasia española. El autor nos explica a través de un recorrido por la historia de España el proceso de despoblación de las zonas rurales, la masificación de las ciudades y sus consecuencias: “hay una forma de mirar y de mirarse a sí mismos que es difícil de comprender en otros contextos geográficos” dice Sergio del Molino.

Sergio del Molino vertebra su ensayo en tres grandes partes:
-          En la primera, titulada “El Gran Trauma” describe las características y morfología del territorio español tan diferentes del resto de Europa y como el país siendo eminentemente rural hasta el siglo XX, se urbanizó en poco más de dos décadas entre 1950 y 1970. Esto provocó que el campo se vaciara mientras que las grandes ciudades duplicaron y triplicaron su tamaño con los problemas que esto implica.
El éxodo que causó esta despoblación (el Gran Trauma) parte de la situación de extrema pobreza en la que estaba sumido el país desde épocas históricas y fue agravado y propiciado por la dictadura de Franco que hizo insalvables e irreversibles los desequilibrios entre campo y ciudad.
Ante estos desequilibrios surge la actual Ley Electoral que pretendía dar a los representantes de zonas despobladas voz y voto en el Congreso pero en realidad es una instrumentalización que finalmente no beneficia a estas zonas rurales. Miguel Delibes lo supo reflejar magistralmente en su novela “El disputadísimo voto del Señor Cayo”.
-          En la segunda parte, titulada “Los mitos de la España vacía”, el autor repasa algunos prejuicios con forma de mitos negativos: la España criminal, seca, pobre y fea, que forman parte del tópico con el que los españoles sobre-entienden la España vacía.
Aparecen aquí desarrollados extensamente fenómenos como: el movimiento neorural, el mito de Las Hurdes como zona de gran pobreza y barbarie a comienzos del siglo XX,  el mal de Maritornes de El Quijote que es fuente de muchos malentendidos con el paisaje español ya que proyecta marginalidad y fealdad sobre las clases populares (más tarde, otros escritores como  Bécquer, Azorín, Unamuno, Machado o Llamazares entre otros  intentarán dar otra visión menos cruel y más delicada del paisaje y de la gente de España), y por último el origen del Carlismo y las consecuencias e influencia que aún hoy en día tiene en la política y en los nacionalismos que afectan a España.
-          En la tercera parte titulada “El orgullo”, Sergio del Molina nos muestra como las generaciones actuales recogen esa memoria proveniente de la España vacía para hacerla suya y revivirla en forma de mitos.
Durante las décadas de 1980 y 1990 los barrios periféricos de las ciudades sustituyen al pueblo como fuente de identidad. Los hijos de las personas que vivieron el éxodo pierden la vergüenza y se apropian de las ciudades a la vez que echan la vista atrás con nostalgia, imaginando la patria en la que están sus raíces, es decir, en los pueblos deshabitados de la España vacía.
“La España vacía, vacía ya sin remedio e imposible de llenar, se hace presencia en la España urbana y se expresa a través de los nietos y bisnietos de quienes la habitaron y fueron arrancados de sus solares.”

Siendo este un libro de ensayo, género que no es costumbre leer en el grupo de tertulia literaria, todos coincidimos en la grata sorpresa que nos llevamos con la lectura de este libro.

A pesar de su extensión (296 páginas), su lectura es amena y llevadera ya que Sergio del Molino maneja de forma magistral los tiempos y las citas.  El lenguaje utilizado es claro, sencillo y cercano, pero a la vez culto, poético y evocador. Los amplios conocimientos del autor sobre literatura, historia, política, cine y filosofía le permiten enlazar temas, sucesos y personajes de la historia reciente de España con temas, sucesos y personajes de siglos pasados que influyeron en hechos decisivos para la historia de España. Su prosa tiene ritmo y aunque hay muchos cambios de tema se mantiene el hilo conductor por lo que no nos sentimos perdidos.

La mayoría de los asistentes en la tertulia nos reconocimos en el origen de nuestros padres y abuelos que provenían del éxodo y de pueblos de esa España vacía que describe el autor.

También nos identificamos con el rechazo y la dificultad de integración que sentimos esta generación de “urbanitas” cuando intentamos vivir en un pueblo. Este fenómeno se explica en el libro porque la zona rural ve a la ciudad como sitios en los que predomina el mal, el pueblo en cambio representa para ellos lo bueno.

Dada la proximidad de las elecciones generales cuando realizamos la tertulia comentamos también que nos llamó la atención conocer el origen de la Ley Electoral y las razones por las que se otorga más peso a los votos de las zonas despobladas.

Personalmente me ha gustado este libro ya que muestra un tema novedoso del que no se suele hablar pero que como él dice está presente de manera inconsciente en la mayoría los cuartos de estar de las ciudades.

Me llama la atención la diversidad de temas y personajes tan dispares que trata el autor y la fluidez con que los conecta: de un locutor de radio de los años 1980 a un labriego de finales del siglo XVIII que llegó a ser consejero del Rey Fernando VII y que influyó en el nacimiento del movimiento Carlista, del grupo Extremoduro a un músico y cantante de tango argentino, sólo por poner un par de ejemplos.

Es además un buen repaso por la historia de España que nos ayuda a entender un poco más la situación actual en la que vivimos y una invitación a mirar con otros ojos esa España vacía en la que están nuestras raíces.

Después de leer este libro, estoy segura que los viajes por la España vacía estarán llenos de contenido y reflexiones.

                                                                                                                                                Nerea


5 comentarios:

  1. Muy buen estreno Nerea, ahora solo te queda aceptar la invitación que te envié y las próximas las podrás colgar tu. En cuanto a la crónica has hecho una disección del libro muy completa. Enhorabuena.

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  2. Muchas felicidades Nerea. Me parece un trabajo excelente. Siento más si cabe no haber podido asistir a la tertulia.
    Esta obra me tocó de cerca como es natural por proceder de esa "España vacía" en la que ahora paso unos días de vacaciones.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Muy buena crónica Nerea, gracias por la minuciosa descripción que haces de la lectura. Esta vez no había leído el libro, pero ahora seguro que lo voy a hacer en cuanto pueda, me has despertado el gusanillo lector con tu análisis del libro y del autor.

      ¡Enhorabuena!

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  4. Vuelvo a leer tu crónica Nerea, antes de partir de este trocito de España vacía que he ocupado durante dos semanas, antes de desaparecer en la urbe ..¡Y qué bien has explicado el libro!
    Hay algo que esta lectura ha removido en mí y no sé explicar bien lo que es, podría llamarse emoción, amor, piel, oxígeno. Es un peso grande, colgado de la boca de mi estómago se balancea cada vez que piso sobre esta tierra soriana. Por sus senderos, recorro descalza la piel de un dinosaurio que siento áspera, recia, inmensa, dura y seca. Exploro sus pliegues respirando el aire que exhala el gran dinosaurio, el soplido calienta las cosechas y abanica girasoles. Y su pulso, tiempo, cuenta la edad de estas tierras, de su piel arrugada y resistente construida de arcilla y adobe. El dinosaurio no duerme sólo está quieto vigilando ese horizonte sin fronteras, infinito... Es el cuidador del no ruido, de los pájaros que aún cantan, de los corzos mágicos que juegan a carreras en los cultivos, de los zorros que me espían escondidos entre las espigas y de los erizos que viven en las sombras.

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