“por muy triste que sea un libro, nunca puede ser tan triste como la
vida”
Con todo mi pesar no pude asistir a la tertulia de la
lectura propuesta para el mes de noviembre “Claus y Lucas” de Agota Kristof.
Tengo que reconocer que no conocía nada de esta autora y tengo que agradecer a
Trini que haya propuesto esta lectura. Ha sido una lectura impactante e
impresionante, los primeros envites fueron con mucha cautela pues los
comentarios anteriores a la lectura por parte de algún tertuliano me llegaron a
intimidar, aunque como he comprobado nada más lejos de la realidad. Como he dicho
no pude asistir a la tertulia pero necesitaba exponer mi punto de vista a modo
de crónica.
La historia del libro se encuentra repartido en tres partes
bien diferenciadas pero muy complementarias, incluso se podrían leer por
separado como si fueran tres obras independientes. La primera parte la
narración es en plural, ágil y dinámica, los personajes Klaus y Lucas se
alternan como un único personaje. Es la parte más violenta del libro pero a la
vez en mi punto de vista la más enternecedora, como la inocencia de la infancia
se da de bruces con el aprendizaje de la vida. Nos cuenta como una mujer deja a
cargo de su madre a sus dos hijos gemelos, abuela y nietos no se han visto
jamás, ambos hermanos tendrán que aprender a convivir, tendrán que aprender lo
que es la vida en su forma más cruda con los horrores de la guerra de fondo.
La segunda parte del libro me parece la parte más compacta,
comienza cuando los hermanos se separan, aparecen nuevos personajes y la
narración es más pausada, una búsqueda hacía el interior de los personajes.
Durante la lectura de esta segunda parte la autora nos hace llegar a pensar si
la primera parte es solo un espejismo en la mente de Lucas.
La tercera y última parte del libro nos aclara un desenlace
que yo aún pienso si es otro espejismo dentro de la mente de Lucas/Claus. La
narración pasa del presente al pasado y de la primera persona a tercera. Esta
parte de la novela me hace dudar si lo anteriormente leído ha sido real o ficticio,
la realidad se entremezcla con la ficción y al contrario (CLAUS-LUCAS-KLAUS).
Una lectura donde destaco el desarraigo, la soledad, la
crueldad, la amoralidad y un montón de contrastes. Quizás sea cierto que el ser
humano llega a inmunizarse como pasa en la lectura con los hermanos Claus y
Lucas, nosotros llevamos varias lecturas llamémoslas poco amables, pero a cual
más apasionante. Con el paso del tiempo hemos leído muchas lecturas que no nos
han dejado indiferentes, esta estoy seguro que en mi caso va a ser una de las
lecturas que se me va a quedar grabada, como pasó con “La condesa sangrienta”
de Alejandra Pizarnik , o “El fiord” y “El
niño proletario” de Osvaldo Lamborghini.
Espero os haya entretenido mi punto de vista y espero el punto de vista de más tertulianos, pues este blog también puede ser un punto de partida para comentar las lecturas.
Gracias Cachi por darnos tu perspectiva de una obra abierta hasta el desgarro, como bien has señalado tu.
ResponderEliminarGracias por esta enriquecedora crónica. Es cierto que la obra no deja indiferente.
ResponderEliminarPero los que nos incorporamos tarde ahora tenemos al menos otras tres obritas pendientes...
A Pizarnik te la recomiendo, a Lamborghini yo consultaría con Trini, es poco amable (aviso) 😜
EliminarGracias Cachi, me encanta tu crónica, es cierto que esta lectura no nos ha dejado indiferentes a nadie y la muestra está en tus palabras. A mi me ha gustado mucho más que la Condesa Sangrienta, creo que este tiene mucha más miga literaria :)
EliminarEs uno de los libros que nos *merecíamos*como tertulia.
ResponderEliminarY os recomiendo que leáis tanto «El ayer»(1985), como «La analfabeta»(2004), para conocer la mejor.
Yo estaré atenta por si encuentro los dos últimos libros que escribió... «No importa» y «Ou es-tu Mathias?»
Kashi he leído varias veces tu crónica ¡Gracias! Me parece muy difícil escribir sobre un libro tan especial, tan complejo. Así que selecciono este párrafo del libro que define el no interés de Agota Kristof en la literatura "Las palabras que definen los sentimientos son muy vagas; es mejor evitar usarlas y atenerse a la descripción de los objetos, de los seres humanos y de uno mismo, es decir, a la descripción fiel de los hechos." Y éste que pronuncia Claus como uno de los temas que ocupan y unifican la trilogía "Claus dice:
ResponderEliminar—Lo siento, no tengo medio alguno de probar mi identidad."
Complejo, absorbente y deliciosamente maravilloso, así ha quedado este libro en nuestra memoria.
Eliminar