MALAHERBA
Malaherba es un libro muy doloroso, en palabras de una tertuliana: todos compartimos esa idea y estuvimos de acuerdo, como en otras lecturas, que formaba parte parcelada de una realidad.
Con una entrañable mirada inocente, con antológicas oraciones infantiles, nos presenta una dura realidad de finales de los 80 en Pontevedra. Drogas, violencia de género, violencia en las calles, SIDA, y sobre todo una agresividad gratuita que se presentó en una sociedad engañada por las ideas del “estado de bienestar” y unas políticas que no tuvieron presentes a los ciudadanos de una clase media-baja que se debatía entre las catástrofes citadas. La dureza de los acontecimientos, sabidos pero no nombrados, es grandiosa: los protagonistas saben los nombres de las grandes ausencias (drogadicción del padre de Tamburino, muerte de la madre de Claudia, conflictos familiares,…), pero nadie los nombra. Junto a estas ausencias voluntarias por parte del autor, unos momentos de dulzura encantadores (encuentros con el abuelo, amor incondicional de los pequeños protagonistas, búsqueda de identidad sexual de todos,…).
Panorama completo de una parte de sociedad gallega rota y unos personajes partidos por los acontecimientos y las circunstancias que desembocan en un cruel final capaz de cortar la respiración: la ausencia de Rebeca, la incomprensión absoluta de un mundo de adultos.
Lenguaje encantador, sutil, entrañable y hallazgos de ternura infantil que me han hecho recorrer las páginas con mucho placer y disfrute, también con lágrimas.
Un
ensayo para reconciliarte con los ensayos; la forma epistolar y los capítulos
cortos, ayudan a reflexionar a menudo, a parar la lectura y disfrutar de las
pacíficas, hilarantes y sabrosas ideas y actitudes que Olalla nos propone.
Es,
como dice el subtitulo, una respuesta a la grandiosa, y para mí desconocida De senectute ciceroniana: obrita
encantadora, con ideas quizá obvias, para gente pacífica y solidaria, amante de
la experiencia y de la sabiduría, a la par que de los conocimientos, como la
gente que compartimos esta tertulia: serenidad, actividades saludables y
variadas, placeres moderados y escuchando a la NATURALEZA, buscar espíritus
pares como compañía, solidaridad y esperanza en el futuro. Estas son algunas de
las ideas expuestas y ejemplificadas por Cicerón. Pedro Olalla, las recupera,
debate, reafirma, renueva y sobre todo las trae a la actualidad, con ejemplos
de ahora y con actitudes modernas y moderadas. De su cosecha añade alguna más,
no menos interesante.
Placer
de lectura inteligente, tranquila y útil, si vale este término también para la
literatura: estilo fluido, elegante, claro, comprensible y educativo. Frases
impactantes e ideas para no olvidar.
¡Ana muchísimas y dobles gracias por tus crónicas!
ResponderEliminarRespecto a la primera sobre MALAHERBA, gracias porque al leer tu crónica y escucharos en la tertulia me hice consciente de la coraza de la que nos servimos algunos de los que trabajamos con la infancia. Elegí, como los niños, viajar en este libro con dos salvavidas: el sentido del humor y los superhéroes conocidos y desconocidos al servicio de la protección de emociones, al refugio del ala clandestina de bat-abuelo.
Respecto a la segunda DE SENECTUTE POLÍTICA: CARTA SIN RESPUESTA A CICERÓN, otra vez gracias por tu crónica Ana de este ensayo lleno de contenido luminoso y, para mí, balsámico en estos momentos en que el mundo me parece tan raro. Y también gracias a esta maravillosa tertulia y más concretamente a Trinidad por descubrirme a Pedro Olalla, su amor a Grecia me ha devuelto en su lectura el mío junto a muy gratos recuerdos.
Me gustaría añadir a esta crónica el enlace de una obra LA DANZA DE LAS MUSAS de Nikolaos Gyzis, pintor al que mi barrio Gyzi debe su nombre...Me parece la manera más fácil de expresar lo que ha supuesto para mí esta lectura. http://www.hellenicaworld.com/Greece/Art/en/GyzisNikolaosDanceMuses.html
Así mismo cuelgo esta poesía encontrada, una “cibercasualidad-causalidad”, me ha recordado "la escucha de la naturaleza" a la que alude Ana en su crónica.
Delfos
A Pedro Olalla y Rosario Carrillo
1
Los lugares son dioses.
…………………………………..Para llegar a Delfos
atravesamos campos de algodón
y pasamos por Tebas sin parar.
Fui soldado de Cadmo en mis peores tiempos
y quería parar a tomar café en Tebas,
pero no pudo ser.
Dejamos a la izquierda el Helicón
y apareció a lo lejos el Parnaso
con sus cimas peladas como esperando nieve,
como pidiendo algo.
…………………………….Éramos nuevos.
Los copos de algodón en las cunetas
parecían curar la herida de la prisa
que sin querer llevábamos,
pero que no era nuestra,
por llegar a las ruinas del oráculo,
al ombligo del mundo.
Veo aún el tractor que adelantamos
con su remolque lleno,
……………………………….colmado,
……………………………………………..de algodón.
2
Los lugares son dioses anteriores
a los dioses.
…………………El templo procede de la cueva,
del bosque. El manantial
es anterior a todos los bautismos.
El vientre de la tierra nos dio a luz uno a uno
y nos espera. Somos
las sencillas semillas de un misterio.
Las columnas son árboles que vienen
del centro de la tierra y hacia el cielo
abren sus manos y le piden luz,
lluvia, motivos, sol, misericordia.
Lo mismo que nosotros,
que hemos venido aquí
porque para emprender una aventura
se consulta al oráculo de Delfos.
3
Los lugares son dioses.
………………………………….A los pies del Parnaso,
al ombligo del mundo, hoy acudimos.
En estas pobres piedras en silencio dejamos,
como quien pone una vela en la arena
o una flor en un vaso,
la pregunta que somos, el enigma
que vale más la pena sentir que resolver.
Los lugares son dioses y su oficio es callar.
El nuestro es sólo ser
meros fieles felices venerándolos.
Ni siquiera a la vuelta tomamos café en Tebas.
(Atenas) 2013
Juan Vicente Piqueras
https://www.lyrikline.org/es/poemas/delfos-13526
Y para despedirme y porque este es un blog literario dejo aquí este enlace de descarga gratuita del libro Cervantes y Grecia.
https://pedroolalla.com/index.php/es/blog/43-works/279-cervantes-y-grecia
¡Hasta la siguiente!
Muchas gracias compañeras de tertulias por vuestras aportaciones. Ana, tu crónica nos dejan muy claramente resumidas las impresiones que se manifestaron en la tertulia respecto a las dos obras y la aportación de Nati que, incluso en la distancia, nos resulta siempre tan especial.
ResponderEliminarPor mi parte sólo puedo hablar, de momento, de Malaherba y efectivamente es doloroso, pero no tanto su lectura, pues el autor te va contando la historia sin regodearse en ese dolor, con la naturalidad con la que un niño lo contaría. Lo doloroso es la reflexión que uno hace después, al pensar sobre lo que se está leyendo, en esos niños sin infancia, rodeados de una agresividad que asumen como "normal". En cualquier caso sí me ha parecido un libro muy interesante.
En cuanto al libro de Pedro Olalla, lo leeré en cuanto pueda,porque después de vuestros comentarios creo que sería una lástima no hacerlo.
Saludos!