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lunes, 7 de noviembre de 2022

CRÓNICA "SAB" POR LETICIA REY

 Me acerqué a esta obra porque me llamó la atención que La cabaña del tío Tom de Harriet Beecher Stowe fuera de lectura obligatoria en EEUU mientras que esta obra de Gertrudis, siendo una novela antiesclavista diez años anterior, apenas se conozca en nuestro país. 

Lo primero que atrae de la obra —con unanimidad de la tertulia — son sus descripciones coloristas, que la hacen extraordinariamente visual. Lo segundo son sus temas. No solo habla de que la educación es la base del pensamiento libre — pero que, si no eres libre en los demás sentidos, esto solo puede conducir a la frustración —; además es muy moderna planteando las cuestiones de la identidad mulata y la situación semiesclava de la mujer. Aunque los personajes son totalmente románticos, siendo el amor su religión, el resultado es un alegato ilustrado llevado por un personaje prerrealista: Teresa. También encontramos algo de reivindicación indigenista. Todo esto se conjuga en un hilo argumental que, sin ser excesivamente complejo — y aun con cierto deus ex machina —, se hace muy interesante precisamente por los diálogos y las disertaciones de estos personajes que están atrapados por culpa de la sociedad:

Sab es un esclavo que ha crecido y sido educado junto con su ama Carlota (ya desde el principio aparece un "buen esclavista", sujeto que también vemos en varios personajes del Tío Tom, porque nuestras autoras son empáticas y feministas pero no dejan de ser blancas). Su conocimiento del mundo lo hace todavía más consciente de la injusticia de su posición, que le repatea especialmente cuando ve que su dueña y amada no solo nunca podrá estar con él, sino que además se va a casar con un indeseable frente al que Sab es un hombre claramente superior. Acompañando a Carlota, tenemos a Teresa, cuyo destino está marcado desde el momento en que es huérfana y pobre y no tiene, por tanto, nada que ofrecer a ningún hombre. A través de Sab y Teresa, Gertrudis envía el mensaje a sus coetáneos y a la posteridad.

Para quien guste de disfrutar esta lectura y quiera ir un poco más allá, invito a compararla con La cabaña del tío Tom porque, siendo tan cercanas en el tiempo y teniendo planteamientos similares, son lo suficientemente distintas como para resultar enriquecedor leerlas juntas. En la obra de Beecher Stowe hay dos hilos argumentales distintos y una mayor variedad de personajes, aunque puede que la religión tenga demasiado peso en la trama.


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