LA METAMORFOSIS
Una de las obras literarias que
más me ha impactado al leerla por primera vez, ha sido sin duda La metamorfosis de Franz Kafka, la leí
cuando era muy joven y sin tener aún casi ningún hábito lector, algo que fui
adquiriendo con el tiempo. Es un cuento o relato aparentemente sencillo de leer,
su complejidad radica en el significado metafórico en el que el autor reflexiona
sobre la situación del hombre en un mundo incomprensible (el mismo Kafka vivía
en un mundo en el cual también era rechazado por el mero hecho de ser judío).
Al leerla nos vemos envueltos en
una atmósfera de desesperación y angustia, producida por la situación en la que
se encuentra el protagonista: una mañana como tantas otras, Gregorio Samsa se
despierta transformado en un bicho enorme, de una forma absurda y completamente
inexplicable. A pesar de lo extraño de la situación, él nunca se cuestiona el
por qué ni el cómo se ha convertido en eso, ni trata de encontrar solución al
problema, es más, lo acepta, resignándose casi con indiferencia, más preocupado
por el hecho de no poder ir a trabajar que por la terrible transformación que
ha sufrido. Gregorio culpa de esa transformación sin sentido a la falta de
sueño, a sus largas jornadas de trabajo:
“estos madrugones – díjose – le atontecen a uno por completo”, como si se
tratase de una mera alucinación producida por el cansancio. Reacciona ante tan
angustiosa y disparatada situación con cierta desidia, reflejando el absurdo de
una vida vacía y sin escapatoria mediante el relato de una supervivencia
diaria.
Kafka nos ofrece una metáfora de
la imposibilidad de comunicación cuando Gregorio consigue abrir la puerta de la
habitación en la que se halla encerrado y se muestra al Principal (su jefe) y a
su familia: “Bueno - dijo Gregorio (...)
bueno, me visto al momento, recojo el muestrario y salgo de viaje. Él se
entiende perfectamente, pero el resto de las personas encuentran su lenguaje
totalmente inteligible. La actitud de rechazo de su familia es total, su
hermana se acerca un poco al principio, pero ninguno pretende realmente un
acercamiento hacía él, ninguno se interesa por los sentimientos de Gregorio,
así que, aunque entendiesen su lenguaje, no le intentarían comprender.
Simplemente se alejan.
Gregorio nos produce esa
angustiosa sensación de abandono y soledad durante todo el relato: con el
maltrato al que es sometido por su propio padre tras la metamorfosis, cuando
hasta ese momento Gregorio daba su tiempo y su vida para velar por el bienestar
de su familia; con el rechazo que muestra su madre al mirarle y ver en él a un
bicho gigante y; con su hermana, quien siendo la única que capaz de entrar a su
habitación y darle alimento, se acaba cansando de verle y soportarle (ya no
puede trabajar para mantenerlos, por lo tanto ya no vale para nada)
Ante la visión existencial de que
nada tiene sentido, la muerte es tratada de la misma forma: nada importa, ni la
vida, ni la muerte. Kafka la utiliza como una liberación para Gregorio, que se
aproxima a la muerte con tranquilidad e indiferencia: “Hallábase, a ser posible, aún más firmemente convencido que su hermana
de que tenía que desaparecer. Y en tal estado de apacible meditación e
insensibilidad permaneció…”
Esta obra es anterior a la época
en la que surgió la literatura existencialista, pero el tratamiento literario
que otorga Kafka a su libro mediante uso de metáforas de lo absurdo y lo
angustioso de la vida humana, hizo que La
metamorfosis fuese considerada como una de las obras pioneras de este
género.