Esta crónica de Buitre es especial para mí porque aprecio mucho a su autora María Ángeles Maeso. Escribirla me hace mucha ilusión, espero estar a la altura.
Tuvimos el placer de poder contar con María Ángeles, escritora y poeta, el pasado martes 19 de noviembre en la biblioteca del IES Pradolongo donde comentamos su novela Buitre y su antología poética Pintar el alba.
Además de Buitre, que se publicó el año pasado, María Ángeles Maeso ha publicado numerosas obras que han obtenido el reconocimiento del público y de la crítica con importantes premios como el de poesía Jorge Manrique 1990 por Sin regreso.
Buitre está escrita con una sensibilidad exquisita y con un estilo que bebe de la poesía. La autora utiliza con maestría el simbolismo produciendo potentes imágenes de las que disfrutamos a lo largo de toda la novela.
Está dividida en siete capítulos: luna, tierra, sol, nubes, agua, abanto y el hilo de la luna. Cada uno de estos elementos de la naturaleza, se convierte en el narrador-personaje de su capítulo y así poco a poco, a través de los ojos de cada uno de ellos, se va desarrollando la novela. Esta forma de proceder es muy original y novedosa ya que proporciona siete puntos de vista diferentes y una fuerte conexión entre la historia, los personajes y el mundo natural (pueblo).
Sin pretender hacer un resumen pormenorizado, en ella, se narra el viaje desde Madrid a un pueblo de Soria de una profesora de castellano que trabaja con personas en peligro de exclusión social. El viaje lo realiza para cuidar a sus padres, ya de avanzada edad, durante un fin de semana. La profesora y sus hermanos han decidido turnarse para atender los fines de semana a la madre con alzhéimer y al padre que intenta sobrevivir a la situación manteniendo sus rutinas y su forma particular de ver las cosas.
Durante ese fin de semana, la autora nos sumerge en el universo en el que viven sus padres. Podremos ver las complejidades de las relaciones familiares cuando surgen dificultades, así como la relación de la profesora consigo misma y sus miedos.
Posteriormente se produce el viaje de vuelta a Madrid y lo que supone la vuelta a la rutina de una mujer separada, con un trabajo precario, que tiene que cuidar de sus hijas y ahora también de sus padres los fines de semana que le toquen.
En cuanto a los personajes, los principales son tres: la profesora, su madre y su padre, los tres perfectamente caracterizados. La madre que siempre responde “bienytú” cuando le preguntan cosas como ¿cómo está?, o ¿ha dormido bien? Y sus frases características: “lo que digas”; “las plantas cuando más hacen es de noche”; “vais a dar en vinagre de tanto leer”.
El padre que utiliza el adjetivo “elegante”, propio de la zona, para referirse a todo lo que le gusta. Y su pesar porque el pueblo esté ahora despoblado. Se fue la gente, ya no viven allí labradores como los de antaño y los nuevos renteros no cuidan la tierra y la maltratan:
“Tendrías que haber visto la cara tan buena que iban poniendo las cebadas, y cuando mejor estaban, van y las cubren de herbicida, sin miramientos, cuba tras cuba desde el tractor y donde caiga […]”
Durante la tertulia comentamos algunas escenas, como en la que la profesora, no siendo ella creyente, se ve obligada a limpiar la iglesia del pueblo porque le toca a su madre y debido al alzhéimer ella ya no está en condiciones de hacerlo sola. Mencionamos como algunas tradiciones como la de ayudar a los padres ya mayores a limpiar las tumbas de los familiares ya fallecidos siguen siendo comunes hoy en día.
Haciendo honor al título, la figura del buitre sobrevuela toda la novela y tiene su propio capítulo, el sexto. El buitre es un símbolo muy potente y rico en significados. Me aventuro a resaltar dos posibles: el buitre como ave carroñera y el buitre como observador. Como ave carroñera podría simbolizar en la novela la muerte, la decadencia y el fin de un ciclo. Y como observador desde las alturas, el conocedor de todos los secretos, de las verdades y las mentiras, de la manera de actuar y de relacionarse de los personajes.
Rosa María Hontoria
Una crónica muy bien desarrollada. Hace que quieras descubrir las páginas de Buitre
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