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jueves, 23 de octubre de 2025
lunes, 20 de octubre de 2025
CRÓNICA "A LA MIERDA LA AUTOESTIMA, DADME LUCHA DE CLASES" DE JEAN-PHILIPPE KINDLER
Jean-Philippe Kindler, artista satírico y activista político alemán, nos presenta un pequeño y provocador ensayo, donde nos incita a debatir su preocupación por pensar más en el “individuo” y no en el “nosotros” de esta sociedad capitalista.
La lectura no me aportó nada que no pensara antes de leerlo, pero reconozco que da argumentos de una forma fácil y accesible a futuros lectores, que tienen el único objetivo de espolear algunas conciencias.
Nos habla de repolitizar factores imprescindibles para dar un giro de timón a las políticas neoliberales y capitalistas actuales.
En primer lugar nos habla de repolitizar la pobreza, es importante desterrar de nuestras conciencias, que la pobreza de cada uno no es culpa de su propia miseria, sino de quienes nos explotan con la falsa idea de la “meritocracia” que nos han vendido estas políticas neoliberales y capitalistas envuelto en papel de regalo.
Posteriormente, no habla de repolitizar la felicidad, “si cada uno es dueño de su propia felicidad, nadie más que uno es responsable de la falta de ella”, nos siguen minando la conciencia de clases en favor de la individualidad de la persona. Nos hablan de felicidad interior como distracción de los indicadores del bien común.
Quizás el capítulo que más me ha gustado (o encendido) en mi lectura, es el que nos habla sobre repolitizar la crisis climática. Llevamos años de bombardeo publicitario y “green washing” insistiendo para hacernos creer que la crisis climática no es tal y en todo caso, es algo que tenemos que resolver de forma particular como si fuéramos nosotros los culpables, y que pasemos el tiempo reprochándonos si reciclamos o no nuestros envases, si viajamos o no en avión mientras las grandes fortunas disfrutan de sus aviones privados.
Por último repolitizar la izquierda y la buena vida. La izquierda actual se debe centrar en erradicar cualquier tipo de discriminación y extender la lucha por un mundo más justo para que nos llegue a todos. Debemos pensar que la libertad no es conseguir todo lo que uno quiere, si no conseguir una buena vida para todos.
En definitiva, aunque parezca que “A la mierda la autoestima, dadme lucha de clases”, es un pequeño libro de poco más de 100 páginas, pero cuando lo abrimos, destapamos un gran abanico de motivaciones para reactivar conciencias.
Después de hablar de esta lectura, quiero hacer hincapié en dos cosas no menos importantes que la propia lectura.
Primero que recuperamos de forma puntual las tertulias presenciales que habíamos perdido en favor de las tertulias on line. No quiero denostar este tipo de tertulias, porque nos acercan con aquellos que están separados por la distancia geográfica. Nos reunimos en la Biblioteca Marca Blanca (sitio que recomiendo visitar) y no solo hablamos de libros, sino que nos abrazarnos con mucho cariño.
Y en segundo lugar que homenajeamos a una persona muy grande, Annemieken. Entró en nuestra tertulia y en poco tiempo nos hizo quererla y admirarla. No dejaba a nadie indiferente y siempre recordaremos sus tocados y su sonrisa. Por ello no hay mejor homenaje que brindar (cosa que hicimos en el tercer tiempo) por y con ella en nuestros corazones.
Annemieken gracias por todo
jueves, 18 de septiembre de 2025
miércoles, 17 de septiembre de 2025
CRÓNICA DE LA PENÍNSULA DE LAS CASAS VACÍAS, DAVID UCLÉS
Crónica de Lorenzo
David Uclés ha realizado una proeza: empezando en su pueblo
macondiano y con su familia como base material del relato, ha terminado
haciendo un recorrido geográfico, histórico y humano por el drama español
contemporáneo: la Guerra Civil Española. Sí, contemporáneo, pues todavía rezuma
la sangre vertida y el volcán que David relata en su libro continúa activo y
amenazante.
Se nota que La Península
de las casas vacías es su libro, con el posesivo bien subrayado, ya
que David hace y deshace, narrador omnipotente, a lo Unamuno en Niebla. Le sale muy bien el artificio
literario: entrevista a Franco (cosa no menor, conociendo al personaje), decide
donde muere Frank Cappa y manda a su familia a recorrer una Iberia en guerra, a
encontrarse con hunos y hotros. No os rasguéis las vestiduras con estas
palabras (¡Que para eso es el narrador y tiene licencia para escribir con
exceso de haches!).
David Uclés introduce una novedad, no menor, en la historia
de la Guerra Civil: El realismo mágico, más bruto que el original
iberoamericano, menos idílico o evocador que el original de Elena Garro; pero
cumple su función ayudando al lector a tragar tanta quina, aligerando algunos
pasajes con un humor cinematográfico de referencias claras a Amanece que no es poco. Aunque el
recurso pronto pierde el efecto ante las barbaridades relatadas; historias que
tienen caras conocidas: nuestros abuelos, vecinos de los pueblos y los
personajes públicos por todos conocidos.
El libro nos ha gustado unánimemente; por poner algún pero,
quizás este libro ha sido fruto de la ambición propia de la juventud del autor;
un querer meter todo lo ocurrido en esos fatídicos tres años en las más de
setecientas páginas; un encaje de bolillos para que sus familiares estuviesen
en todos los momentos trágicos de la contienda. El resultado es que hemos leído
un gran libro y que este autor promete.
viernes, 5 de septiembre de 2025
jueves, 24 de abril de 2025
CRÓNICA DE SOLO UN POCO AQUÍ, DE MARÍA OSPINA PIZANO
Crónica realizada por Isabel Merino
Hemos leído este libro, que a nadie ha dejado indiferente. A
unos les ha gustado, pero no lo recomendarían; a otros no les ha enganchado; una
colega no ha sido capaz de seguir leyendo; a otras nos ha gustado y lo recomendaríamos.
martes, 18 de marzo de 2025
CRÓNICA DE LIMPIA, DE ALIA TRABUCCO
Crónica realizada por Miriam
Talavera
El libro de este mes, Limpia, ha dejado una
fuerte impresión en el grupo de tertulias. Con una escritura joven pero
profunda, la obra explora temas como la soledad, la explotación y la violencia
silenciosa.
martes, 18 de febrero de 2025
lunes, 10 de febrero de 2025
CRÓNICA DE LUCIÉRNAGA, DE NATALIA LITVINOVA
Crónica realizada por Ana Ríos
Coincidimos en que la lectura de
este libro ha sido grata, ahora bien, también en que apunta muchos temas y nos
deja con la miel en los labios: puede ser la causa, que la autora viene del
campo lírico y la densidad de contenido y una diferente cultura no nos haya
permitido captar toda la profundidad de sus palabras; también se planteó
durante la tertulia, si esa parte misteriosa o fragmentaria, no puede ser
intencionada y símbolo de los silencios impuestos por los dirigentes políticos
rusos de las dos épocas que retrata este libro.
También
coincidimos todos los tertulianos en que nos influyen lecturas anteriores,
concretamente Carcoma y Betty que recogen mundos femeninos, tan
duros como el presentado por N. Litvinova, pero con un lenguaje más descarnado,
realista, menos poético. Y, sin embargo, en los tres, las metáforas ocultas,
los guiños a los lectores, la simbología, nos resultan inquietantes y mucho más
significativas de lo que, sospechamos, logramos percibir.
El
libro se nos presenta dividido en tres partes: la primera y la última son
retazos de la vida de la autora, primero en su infancia y ahora su actualidad
en Argentina. La segunda parte es absolutamente diferente: hablamos de
“realismo mágico”, onirismo, surrealismo,…
El
libro comienza con la dureza del “accidente de Chernóbil” y las consecuencias
que tuvo y se callaron, para los habitantes de las poblaciones cercanas.
Retrato crudo y tratado con la ingenuidad de la visión infantil, que en esta
parte son los principales protagonistas. La autora, desde su infancia, nos
plantea temas como la imposibilidad de hablar del desastre de la nuclear, los
silencios enconados y llenos de ira de Elena, la abuela paterna, en los que nos
deja entrever un pasado de represión política y religiosa, hambruna y, el tema
que impregna todo el libro: si eres mujer, peor aún. Pero también nos habla de
relaciones materno filiales frías, lejanas o distanciadas, por las
circunstancias, de relaciones con los padres más cercanas y afectuosas pero a
la vez marcadas por la castración emocional de un patriarcado presente hasta la
actualidad, aquí se hizo alusión al capítulo en el que el padre llora por el
ratón perdido en el incendio, y las duras condiciones laborales. Así, las
mujeres aprenden a ser felices disfrutando con las cosas cotidianas: y esta es
la excusa para presentarnos pinceladas, desde un elocuente punto de vista
infantil, de la vida en Bielorrusia, en la última veintena del siglo XX y en
zonas próximas al desastre de Chernóbil. También hay mujeres que llevan a cabo
una “alegre” salida hacia adelante.
La
segunda parte, la más dura, es un mundo femenino, absolutamente descarnado,
física y emocionalmente. Onírico, surrealista o simplemente poético. La
represión y los castigos tras la 2ª Guerra Mundial. Las abuelas dejan entrever
su corazón tímidamente y el panorama se endurece aún más y comprendemos temas
tratados en la primera parte.
Esta
tercera parte es un libro completo por sí misma. Recoge su migración a un país
y cultura absolutamente diferentes. Su llegada a Argentina se tiñe de negro con
un tema arduo: estafados por unos compatriotas, tienen que comenzar su andadura
desde la más pura nada; los niños sufren un maltrato injustificado en el
colegio, las relaciones matrimoniales no son inmunes a esta coyuntura y muchos
más esbozados en el libro. Y llegamos a la actualidad: el padre enloquece, los
hombres tienen menos herramientas emocionales, y vuelve con una madre que nunca
le dio cariño ni palabras, ellas luchan y consiguen una estabilidad económica,
pero emocionalmente es imposible aunque intenten un acercamiento: están devastadas
y aun así, el libro es bello.
martes, 21 de enero de 2025
sábado, 18 de enero de 2025
CRÓNICA DE BETTY, NOVELA DE TIFFANY MC DANIEL
Crónica realizada por Lorenzo
Betty es uno de esos libros que va a tú encuentro.
Fue la recomendación de una librera de Castro Urdiales lo que me llevó a leer
una historia muy fuera de mis límites geográficos, culturales y de época, pero
que me llegó al alma, esa que habita en nuestra nariz.
Tiffany McDaniel escribió este libro con tan sólo 18 años.
Layla Martínez nos cuenta en su prefacio que Betty fue su primera novela. Nadie quiso editarla.
Los agentes literarios le decían que era demasiado oscura, demasiado personal y
demasiado femenina. Le aconsejaron que eliminara todas las referencias a la
menstruación para no incomodar a los lectores, que añadiera relaciones
románticas para atraer al público femenino y que cambiase la voz de la
narradora por una masculina para vender más. Varios agentes ni siquiera
creyeron que las mujeres de su familia hubieran pasado por todo aquello. Pero
Tiffany es la hija de Betty, la contestataria, la rebelde, la que es capaz de
enfrentarse a todo un sistema educativo vistiendo pantalones cortos y decirle
al director del colegio que las mujeres no tienen ninguna responsabilidad sobre
los pensamientos lascivos de los hijos de las mejores familias de Breathed.
Tiffany, al igual que Betty, no necesita que le regalen flores y que la salven
de nada, porque ella es autosuficiente como para saber qué es lo que quiere contar y cómo lo quiere contar.
Entonces Tiffany, al igual que hubiera hecho Betty, se revolvió y escribió 8
novelas más en 2 años y una de ellas, El verano que lo derritió todo,
fue un completo éxito, permitiendo a la autora publicar por fin este homenaje a
su madre.
Pues sí, estas cosas que nos relata Tiffany les ocurren a
las mujeres y a las otras razas diferentes a la blanca. Por eso deben ser
contadas, por lo menos hasta que Dios apague las luces del mundo y no vuelva a
encenderlas hasta que todos, en tinieblas, comprendamos que somos iguales en
esencia. Pero Tiffany hace de la necesidad virtud y nos regala un libro con
magnificas descripciones del paisaje y del paisanaje, además de su tremenda
maestría a la hora de perfilar la psique de todos los personajes. La
naturaleza, el huerto, los Apalaches, el río, la ciudad, la casa. Esa casa a
medio derruir, hábitat de una familia en un equilibrio frágil entre el
crecimiento y la descomposición. La casa funciona perfectamente como metáfora
de su familia, con un padre maravilloso, Landon, intentando mantener en pie ese hogar en medio
de las tempestades que azotan sus muros, tempestades hechas de historias
truculentas que ha sufrido la madre de Betty, una mujer poseída por los
demonios de su familia, con el abuelo Lark como personaje maligno y depravado,
su propia madre anulada por dicho demonio colaborando en las atrocidades y un
hermano ahogado por un padre que no ve la viga en su ojo y obliga a comerse la
biblia, página a página, como castigo por ser homosexual.
La biblia está muy presente, esto es Estados Unidos amigos,
cada capítulo está precedido por un versículo, mientras que el texto, en
contraste, destila el pensamiento animista de Landon, lleno de fantasía pura,
un ser lleno de luz, contador de estrellas, rescatador de caballos inútiles,
capaz de hacer crecer un limonar en cualquier bosque, cuidador infatigable de los
suyos, de la naturaleza y de su huerta. Su huerta, otro símbolo vital, que
representa cómo crece aquello que amas. El huerto como herencia femenina de su
cultura cheroqui. Huerta que se destruye cada vez que hay una tensión familiar,
una vez más la tensión del pasado haciendo de las suyas. Porque el pasado no es
algo que simplemente existió, pues se hereda, al igual que se hereda el color
de la piel y esta herencia familiar, en este caso, es ponzoñosa y tremendamente
cruel.
Tiffany dice que Landon es el barro y Alka, el agua, difícil
combinar estos dos elementos y que salga algo a flote. La madre de Betty es la
plena oscuridad de un pozo negro infinito, en contraste con Landon, que es el
cielo azul que se ve desde el fondo del pozo. La madre ejerce de absoluto
contrapunto de Landon, y baja a Betty de la nube de fantasía construida por su
padre. Pero la baja violentamente, para estrellarla contra la tierra dura sin
contemplaciones, contándole dramas fuera de lugar a una niña de 9 años, matando
a unos gatos simplemente para hacer daño a la niña que los cuida, siendo muy
cruel con una niña que necesita su ayuda y que tan sólo pide un vestido con
alas de cigarra en Halloween para parecer una princesa. Su único acto de
constricción es cuando reconcilia a Betty con su padre al relatar cómo su padre
se sabía las estrellas que lucían las noches en que sus hijos nacieron, para
acabar contándole que la noche que nació ella fue la noche más estrellada de
todas. Por fin un poco de tregua, al menos este guiño nos acerca un poco a una
madre muy poco edificante.
Otro personaje odioso es Leland. Se trata de la perversidad
hecha persona, posesivo, aniquilador, manipulador y retorcido, que consigue
cometer su fechoría sin que Betty le delate. Tan sólo la autora consigue
levantar esa pesada carga a Betty contándonos esta historia, haciendo un
tributo a su madre. Gracias por ese final en el que Betty termina repudiando a
ese ser inmundo. En contraste con Leland, tenemos a la dulce Fraya, la sensible
y cuidadora Fraya, la que se sacrifica por la familia, callando una atrocidad
cometida por un ser vil.
Por otro lado, Flossie es la representación misma de la
sociedad mediocre americana, construyendo su identidad con los tropezones de la
cultura televisiva, como cualquier otro americano medio, con sueños de grandeza
que no se cumplen, principalmente por falta de personalidad. Sin gestos de
generosidad, siempre pensando en sí misma, maltratando a su hermana por su
piel, ni más, ni menos que Ruthis, la vecina rica de los Carpenter, como los
profesores, como los ciudadanos que lanzan sus prejuicios misóginos y racistas
en el periódico de Breathed.
Parece que el arte es capaz de liberar a las almas
atormentadas. Fraya no pudo salvarse cantando, pero Betty pudo superar sus
condiciones vitales escribiendo, enterrando todo lo malo en el quinto pino,
asimilando su identidad como cheroqui, amando a su padre sobre todas las cosas,
enviando a su odioso abuelo las tormentas que le dibujaba su hermano Trustin,
arrancando el alma a Leland sin darle nunca tregua. ¡Bien por Betty!
Este libro es tremendo, un dramón, pero rezuma belleza y
alegría por vivir. Es un libro de superación, de realismo muy doloroso, pero a
la vez está cargado de magia, la magia que rezuma Landon, todo un mito, un
personaje de leyenda, artífice del milagro de Betty. El milagro de la
construcción de una identidad, que no deja de ser como un parto, un parto que
ocupa toda una vida, un parto que en este caso no puede ser indoloro. Tiffany
nos relata esta historia y para ello llega al tuétano, a la medula, al nervio
central, y duele, duele mucho, pero para llegar ahí hay que romper hueso.
Para cerrar esta crónica recibid un montón de buenas noches
de mi parte, todas ellas escritas y guardadas en un bote durante las noches que
hemos compartido este libro.
